La reciente advertencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el potencial de la Inteligencia Artificial para profundizar las desigualdades entre naciones ricas y pobres resuena como una señal de alarma, no solo en el escenario geopolítico, sino directamente en los consejos de administración de las empresas brasileñas. Para el director industrial y el líder de tecnología, esta no es una preocupación lejana; es una cuestión estratégica que puede dictar la soberanía operativa, la competitividad y, en última instancia, la seguridad de su negocio en un futuro próximo.
Qué Sucedió
El informe de la ONU, lanzado en medio de un debate global sobre la gobernanza de la IA, señala una alarmante concentración de poder computacional y de datos. Mientras las potencias tecnológicas invierten billones en infraestructura y modelos de vanguardia, naciones en desarrollo como Brasil se encuentran en una posición de creciente dependencia. Esto se manifiesta de cuatro formas críticas:
- Concentración de Poder Computacional: La capacidad de entrenar y operar modelos de IA a gran escala está restringida a pocas corporaciones y gobiernos. Las empresas brasileñas, a su vez, recurren a APIs y servicios en la nube extranjeros, pagando un precio por la innovación que no poseen.
- Dependencia de Datos: La IA se alimenta de datos masivos y de alta calidad. Los países ricos tienen un historial de recopilación estructurada, mientras que Brasil, a menudo, ve sus datos ser minados por multinacionales que los utilizan para entrenar sistemas, para luego revenderlos.
- Exclusión Digital y Acceso Desigual: Aunque la adopción de IA por parte de jóvenes brasileños para generar ideas (66%), crear imágenes (63%) y otras actividades es notable, esta adopción es, en gran parte, de consumo. La barrera de acceso a la infraestructura y a la alfabetización tecnológica avanzada perpetúa un ciclo de ventaja para las naciones desarrolladas.
- Desempleo Tecnológico Desproporcionado: La automatización impulsada por la IA puede desplazar trabajos en países con mercados menos resilientes, como Brasil, de forma más abrupta, sin la correspondiente capacidad de absorción en nuevas funciones de alto valor agregado.
El Análisis del Alquimista
Considerar la IA solo como una herramienta a ser “consumida” a través de APIs o servicios en la nube es como usar un microscopio para cortar leña: una aplicación inadecuada para un potencial transformador. La alerta de la ONU subraya una verdad fundamental en la era de la IA: la soberanía y el valor real residen en la capacidad de crear y controlar los “elementos” esenciales – datos, modelos, infraestructura y talento – y no solo en “comprar” el resultado final. Un “agente” de IA sin la fundación soberana es un juguete, no una ventaja estratégica duradera.
Para el Alquimista, la alquimia de la IA no reside en tener acceso a un modelo preentrenado, sino en dominar la transmutación de datos brutos en inteligencia propietaria, en construir la infraestructura que garantiza resiliencia y control, y en formar el talento que innova desde dentro. La pasividad aquí no es neutra; es una elección estratégica que consolida la dependencia y limita el potencial de diferenciación.
Impacto en la Operación
Para el Director Industrial, las implicaciones operativas de este escenario son tangibles y críticas:
- Seguridad y Soberanía de Datos: La dependencia del cloud computing extranjero expone a su empresa a riesgos de interrupción, fluctuaciones de costos y, lo que es más grave, a la pérdida de control sobre sus datos más sensibles. Las inversiones en centros de datos nacionales (REdata) y en soluciones on-premise o híbridas dejan de ser un lujo y se convierten en un imperativo de seguridad estratégica.
- Gobernanza y Cumplimiento: ¿Cómo garantizar la “IA responsable” en su operación si la infraestructura y los modelos subyacentes están fuera de su control directo? La gobernanza eficaz de la IA exige transparencia, auditabilidad y alineación ética que solo pueden lograrse plenamente con un grado significativo de control sobre la pila tecnológica.
- Orquestación Estratégica de la Innovación: La “ventaja exponencial” de los países ricos se traduce en un abismo de competitividad. Su estrategia de IA no puede ser reactiva. Exige la orquestación de inversiones en capacitación de equipos, atracción de talentos en IA y el desarrollo de soluciones localizadas que resuelvan problemas brasileños específicos, en lugar de simplemente replicar herramientas globales.
Conclusión
La alerta de la ONU no es una mera nota al pie; es un mapa que expone riesgos y, simultáneamente, señala una ventana crítica de oportunidad. Brasil ha dado pasos importantes, como la Cátedra de IA Responsable de la USP-Google y discusiones sobre el Régimen REdata. Sin embargo, esta ventana se estrecha cada trimestre. Ignorar esta dinámica es condenar su operación a una eterna posición de consumidor, pagando por el privilegio de usar herramientas creadas en otros lugares, sin la capacidad de moldear su propio destino digital. El momento de construir la soberanía digital y la capacidad de innovación en IA, a través de una estrategia robusta y pragmática, es ahora.
